Dolor mamario y cáncer de mama

En contra de lo que se cree habitualmente, el dolor mamario no es un síntoma frecuente del cáncer de mama en sus etapas iniciales. Sólo aparece en aproximadamente el 5% de los casos. En otras palabras, en la inmensa mayoría de los casos el dolor mamario en una mujer en edad fértil es debido a procesos benignos.

Las mujeres premenopáusicas (en edad fértil) tienen muy a menudo lo que se denomina mastopatía fibroquística, un proceso que puede producir bultos palpables en las mamas que no representan ningún peligro. Típicamente, estos bultos cambian de tamaño durante el ciclo menstrual, desapareciendo a menudo tan inesperadamente como han aparecido. La inmensa mayoría de los bultos mamarios de las mujeres en edad fértil son benignos. No obstante, si uno de estos bultos persiste o aumenta de tamaño en el tiempo, debe consultar con su especialista, ya que hasta en el 75% de los cánceres diagnosticados clínicamente el síntoma más frecuente es un bulto palpable en la mama.

El segundo síntoma de cáncer de mama en frecuencia (aproximadamente el 8% de los casos) es la hinchazón, en ocasiones asociada a enrojecimiento, de una mama. Por supuesto, este aumento de volumen debe ser de nueva aparición (muchas mujeres tienen cierta asimetría en el volumen de las mamas) y persistente (las mamas sufren variaciones de volumen durante el ciclo menstrual). El enrojecimiento de la piel de la mama puede deberse a otras enfermedades, pero debe ser siempre controlado por el especialista.

Las alteraciones del complejo areola-pezón son otros síntomas que pueden alertar de la presencia de cáncer de mama. La retracción del pezón puede indicar la existencia de un cáncer retroareolar no palpable. Esta retracción debe ser de reciente aparición (algunas mujeres tienen retracción congénita de pezón). Los cambios de la piel del pezón, en especial los eczemas de esta área, deben ser controlados por el especialista, ya que existe una enfermedad denominada enfermedad de Paget del pezón que se presenta como un proceso eczematoso del pezón y suele asociarse a un cáncer de mama oculto. Los cambios en el complejo areola-pezón acontecen como primer síntoma de cáncer de mama en aproximadamente el 7% de los casos.

En algunas mujeres, la secreción hemática o serohemática por el pezón es el primer síntoma de un cáncer de mama. Ello ocurre en aproximadamente el 2% de los casos de cáncer de mama diagnosticados por los síntomas.

Finalmente, en un porcentaje igualmente pequeño de casos (1%), el primer signo del cáncer de mama es un bulto en una axila. Este bulto suele corresponder a los ganglios linfáticos axilares invadidos por el tumor.