Dolor anal

El dolor anal o “proctalgia” puede ser debido a diferentes patologías que asientan en la zona anorrectal o perianal. La mayoría de los dolores anales tienen su origen en procesos benignos. En pocos casos están producidos por tumores malignos. No obstante, debe consultar al médico si presenta sangrado por el recto, fiebre, supuración anal, un bulto o tumoración en el ano y si el dolor aumenta y se mantiene durante varios días.

Es muy importante señalar que la mayoría de las veces el dolor anal está causado por patologías benignas (hemorroides, trombosis hemorroidal, fisuras anales, fístulas y/o abscesos anorrectales, etc). En menor número de casos se producen por procesos inflamatorios en el recto (proctitis, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn), por espasmos de la musculatura del suelo de la pelvis, por afectación de los nervios de la zona o por tumores del ano, recto o su vecindad. Ocasionalmente, el dolor anal está producido por enfermedades que afecten a órganos vecinos, como la próstata en el hombre o los órganos genitales en la mujer.

No obstante, existe un pequeño porcentaje de pacientes en los que, tras descartar en la exploración que el dolor sea debido a patología benigna, debemos realizar los exámenes pertinentes para valorar otras causas como el cáncer de recto.

El Cirujano General y Digestivo especializado en esta patología se llama Coloproctólogo. Dependiendo de la sintomatología acompañante al dolor anal el especialista puede determinar junto con la exploración de la zona (tanto visual como realizando un tacto rectal) si el dolor está causado por una patología u otra y así prescribir el tratamiento adecuado. En algunos casos deben realizarse exploraciones más complejas, para llegar a un diagnóstico o para excluir enfermedades que pueden causar el dolor. Los exámenes complementarios que se pueden realizar son : colonoscopia, ecografía endoanal, manometría ano-rectal, resonancia magnética y TAC.

Su Coloproctólogo le informará del tratamiento a realizar y las posibles alternativas según sea la causa del dolor. De todas maneras, hay una serie de medidas simples que ayudan a controlar y disminuir los síntomas dolorosos anales:

  • Si las deposiciones son duras, se debe tomar una dieta rica en fibra, frutas y verduras y beber al menos 2 litros de líquidos diariamente.
  • Realizar baños de asiento con agua tibia, después de cada deposición y 2 o 3 veces al día.
  • Realizar ejercicio físico moderado de forma habitual.